viernes, 15 de enero de 2010

Trasendencia Inmanente

Fin de año, y al parecer mi papá quiere ir a la iglesia para agradecer la llegada de un Nuevo Año, como si al tiempo no le diera lo mismo venir, agradezcas o no. Esto, claro está, nunca se lo mencione a mi padre, respeté sus “creencias” y lo acompañe a misa, porque al parecer, y por lo que él me dijo, es algo que complementa su “espiritualidad”. Algo que al parecer lo guía hacia su mejor imitación de la mirada mesiánica.

Hay personas que piensan y creen que espiritual es una referencia al plano inmaterial, ideal, y masturban sus cabezas con platónicas teorías sobre salvación, reencarnación o fuego eterno. Suelen concebir ideas dulzonas de una pedagogía arquetípica, sobre lecciones de vida que si uno reprueba tendrá que repetir infinitamente. Estos son, los “forevereados” como dicen.
Hay otras personas en el otro extremo que no creen en “mamadas” y se dedican a la acumulación de bienes, títulos “estatulados”, vivencias que más que terrenales, son totalmente triviales. Los coleccionistas que le ponen a sus tacos de la crema que sea y que venga. Estos son los que llamamos “nihilistas”. Y pues existe toda una gama de colores y sabores intermedios.

A lo que voy es que la mayoría de lo que consideramos espiritual suele ser nada más y nada menos que una emulación de gestos. Decimos las frases en coordinación con las muecas, compramos el collarsito, aprendemos palabras como Karma o Namaste, vamos a la India (o al tepeyac). Nos vestimos de blanco o nos persignamos mirando la cruz con misericordia. Nuestro sentido de la espiritualidad suele estar al servicio de nuestros malos habitos egocéntricos. Frecuentamos meternos a concursos supuestamente sutiles para ver quién es más sereno, tolerante, desprendido, pleno, intenso, comprensivo, entusiasta, abundante, valemadres, sensato, valiente, solemne etc. Etc. Dejando del lado que tus valores sean de “pacheco-buena vibra” o “satánico -gandanlla” o “escéptico -cool” o “científico-metafísico”, no deja de ser un concurso.
No dejamos de percibir nuestro ego como un objeto en una batalla contra otros objetos. Haciendo crecer el mismo con frases como : “YO SOY MAS CHINGON QUE TU POR QUE TENGO MENOS EGO QUE TU” (que aunque no las decimos, las creemos.)

Con ahincó nos adjudicamos cualidades místicas como independencia, esencia, permanencia o objetividad y certeza. Acabamos alienados e intentando manipular el entorno en una frustrada persecución por la inmunidad: “que nada nos toque, que nada nos cambie, que nada nos mueva… Pero si que me reconozcan por lo profundas que han sido mis experiencias, por lo especial que soy.” Ya sea que nos rapemos, o nos hagamos vegetarianos o andemos de rodillas a la villa, no es más que una carrera por la aprobación y la ventaja.

Y es gracioso pensar que ahora somos fieles devotos de la cosmovisión mas en boga: El Capitalismo, admiramos las experiencias que este provee, el carisma , la sofisticación, el que esque sentido común y solución rápida que ofrece. “que nada te angustie, vive en el momento” (cual momento y cuanto cuesta?) .
Y como no iba a pasar esto si nuestra concepción de espiritual es mas tambaleante y confusa que la vida de José José. ¿ Que mejor ejemplo de esto que el crecimiento de la tan mencionada iglesia “pare de sufrir”, o Tom cruise y Madonna con sus matemáticas intergalácticas? ¿ qué síntoma mas siniestro que el exitazo y la neurosis del mentado “Secreto”? o ¿ Que me dicen de los narcos volviéndose santos?.

Pero no hice este texto como una sola y simple critica, lo hice para proponer una reivindicación a lo que debería ser considerado como “espiritual”:
Espiritual se refiere a las practicas de la subjetividad. Subjetividad vista como : “ las específicas interpretaciones que disciernen cualquier aspecto de la experiencia. Son únicas para la persona que las experimenta, que sólo son accesibles a la conciencia de esa persona.”
La espiritualidad como técnicas que nos revelan su naturaleza (de la subjetividad), sus características, su plasticidad, métodos que deslumbren el asombro mismo, una d elas cosas mas hermosas de las que podemos estar constituidos. Llegar a esa división que tenemos de sujeto/objeto y deconstruirla. Nos tenemos que desprogramar, o programar, o reprogramar , no debemos cortarnos el pelo, o dejarlo largo o vestirnos de blanco debemos dejar de ser pretenciosos y aceptar lo que somos, vivir directamente, desde nuestra corporalidad. Debemos trascender nuestro ego. Una practica que me parece un buen ejemplo es la meditatio mortem: la contemplación (lean bien, con-tem-pla-ción) sobre la propia muerte, que nos pone los pies sobre la tierra, nos restablece a una fulminante apreciación del mundo.

En fin , espiritualidad es a diario, espiritualidad es la señora que vende tamales, es el mercedes benz seguido por cinco camionetas de guarros. Lo que si puedo asegurar es que prefiero leer o releer a la gente, que aventarme una misa o un viaje de poder al tepeyac, y que cada que veo un que esque un chavito rapado de krishna o una señora comprándose “el secreto” mi primera reacción es darles un sape y la segunda….también.